Hace unos meses, a principios de este año, un viejo conocido se puso en contacto con nosotros para preguntarnos si podíamos quedar alguna vez. Lo conocíamos de cuando vivíamos en Dinamarca (2015-2016).

Conectamos por videollamada y pronto descubrimos que compartíamos la misma visión de alcanzar a la gente con el Evangelio. Dijo que Dios le había hablado de España. Quería visitar a su familia para hablar de ello y pasar juntos una semana en la carretera. ¡Estuvimos esta semana en marzo y estuvo muy bien!

Dios pareció disponerlo de modo que varias personas se unieran a nosotros esa semana. Por ejemplo Rodrigo y Sophie. En principio iban a visitarnos antes, desde Canadá, para que pudiéramos admirar a su hijo. Pero debido a las circunstancias, acabaron pasando exactamente durante esa semana. O Priscilla, una desconocida que «entró» con su autocaravana.

Pudimos hacer uso de la casa del discípulo en la provincia de Jaén durante esta semana, lo que fue otra verdadera bendición. Damos gracias a Dios por ello. También estamos muy agradecidos a Peter y Ank por toda la ayuda que nos ofrecieron durante nuestra estancia allí, fueron la pareja gestora durante 6 meses y nos sentimos extremadamente bienvenidos y super bien atendidos en todo momento. A partir del 1 de abril, volvieron a marcharse a Holanda, pues habían terminado sus seis meses en la casa de discipulado. Esperamos volver a verles pronto.

¡Durante esta semana, nos conocimos mejor y vimos e hicimos grandes cosas! Salimos a la calle varias veces y nos encontramos con un pastor de una iglesia local en el parque, entre otros. Se nos invitó y se nos permitió compartir algo sobre nosotros y el trabajo en el servicio. Además, alguien de nuestro grupo se enteró de que habría alguien con dolencias abdominales en la sala. Efectivamente, ese resultó estar allí y se nos permitió rezar por esa persona.

Otro gran momento fue cuando estábamos en las calles compartiendo el evangelio y orando por la curación. Priscila no había tenido esa experiencia antes y entonces se le permitió ver por primera vez cómo Dios también quería utilizarla a ella de ese modo. Estábamos a punto de irnos cuando de repente vi a una chica y a un chico teniendo problemas. La muchacha caminaba torcida y parecía que no podía andar más. Hice una señal a Priscilla y se dirigió directamente hacia ellos. La chica dijo que probablemente había comido algo en mal estado y que tenían un gran dolor de estómago y querían llamar al médico. Priscila no aaró lo mismo y se puso la mano en el estómago y alejó el dolor, en el nombre de Jesús. Inmediatamente, la niña volvió a erguirse y dijo: «está mejor». Ambos nos miraron estupefactos y, cuando después siguieron su camino (normalmente), no dejaban de mirar hacia atrás, hablando de lo que acababa de ocurrir.

Este mes nos vamos a Holanda durante algo menos de tres semanas. Entre otras cosas, el Fin de semana de conexión asistir.

Deel deze post

Facebook
Twitter
LinkedIn
WhatsApp

Laat hieronder een reactie achter

We vinden het leuk om van je te horen! Schrijf je reactie hieronder. Of als je prive een reactie wilt sturen kun je dat via deze pagina doen.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *


El periodo de verificación de reCAPTCHA ha caducado. Por favor, recarga la página.

Blijf op de hoogte...

Wil je per email op de hoogte blijven van onze reis? Schrijf je dan hier in..