En mi blog anterior, escribí sobre el plan de llegar a los pueblos blancos de España con el evangelio. Salimos a la carretera con un equipo que pasó por unos nueve lugares para llevar allí el Evangelio. ¡Esto ya ha quedado atrás! ¡Y volvieron a ocurrir cosas muy bonitas!
Rodrigo y yo nos dijimos al principio del viaje que queríamos ceñirnos al itinerario. Así que a un lugar nuevo cada semana. Eso resultó ser todo un reto. Hubo todo tipo de problemas con los vehículos que utilizábamos. Por ejemplo, un coche se sobrecalentó y dañó tanto el motor que tuvimos que abandonarlo. Ahora está en un taller cerca de la frontera portuguesa. Mi coche tuvo graves problemas con la caja de cambios y, en un momento dado, tuve dificultades para visitar al grupo. La idea era que lo visitaría regularmente durante unos días, pero resultó ser mucho menos de lo esperado. El tipo de caja de cambios resultó no estar disponible (de forma asequible) en España y tuvo que venir de Holanda. ¡Eso llevó mucho tiempo! También se averió el alternador de una autocaravana, por lo que ya no arrancaba. De la otra autocaravana, se averió la batería y tuvimos el mismo problema. También tuvimos goteras en ambas autocaravanas… ¿siempre tiene que ser tan difícil? Pero Dios es fiel y el grupo perseveró y durante las 9 semanas experimentaron muchas cosas maravillosas. Reuniones especiales y guiadas, personas curadas de diversas dolencias, nuevos contactos con iglesias y quizá la historia más hermosa: ¡una familia (padre, madre e hijo) que se bautizó!
¿Son refugiados de Ucrania?
Eso ocurrió de una manera especial. El grupo de seis personas pasaba casi todos los días llevando el Evangelio a las calles de la ciudad que visitaban esa semana. Por la mañana, Rodrigo y Sophie tenían la costumbre de dar un paseo juntos y luego leer la Biblia en algún lugar. Un hombre de Venezuela miró por la ventana por la mañana y vio a una pareja sentada en un banco en el exterior a primera hora de la mañana. Sophie había traído un saco de dormir de la autocaravana porque por la mañana hace bastante frío. El hombre pensó: ¿estarían estas personas sin hogar? Tal vez sean refugiados de Ucrania sentados aquí en el frío. También se dio cuenta de que estaban leyendo una Biblia. Buscaba a Dios mismo y esto le intrigaba. Decidió que, si volvía a verlos, los invitaría a su casa.
Dos días después, estaban de nuevo sentados en la plaza, delante de su casa, a primera hora de la mañana. Salió, habló con ellos y les invitó a tomar un café. Una vez dentro, Rodrigo y Sofía explicaron por qué estaban en la ciudad y que habían venido a hablar a la gente de Jesús. El hombre parece haber estado buscando la verdad por sí mismo durante algún tiempo y está muy interesado. Antes había oído algo del Evangelio y había pedido a Dios que enviara a alguien para que le ayudara más.
Poco después se bautizó, junto con su mujer y su hija. Fue un momento precioso.
Lo que me parece especialmente especial es que Dios haya hecho esta obra. Sophie y Rodrigo «casualmente» estaban en el lugar adecuado en el momento adecuado para responder a la oración de este hombre. Este hombre también resultó ser una «persona de paz», alguien que quería hacer el bien a los refugiados, ¡y Dios lo utilizó para su propia salvación!
Nuevos planes
Nos gustaría organizar más viajes de este tipo. Para llegar a más españoles, pero también para capacitar a las personas para que salgan de su zona de confort y confíen en Dios como guía y provisión cuando estén en el camino. Por lo tanto, estamos organizando 2 viajes de unos 2 meses cada uno para el próximo periodo.
También hemos planeado otra Escuela de STP del 12 de junio al 7 de julio. ¡Va a ser una época muy ajetreada otra vez! Con mucho movimiento y desplazamiento. Estamos deseando ver lo que Dios hará a continuación en España.
